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MSP, un siglo de hierro y carbón

«Desde principios del siglo XX y durante casi cien años , la explotación del carbón en el valle de Laciana y todo el valle del Sil hasta Ponferrada, ciudad esta donde se ubicaron las instalaciones industriales y el punto de embarque del mineral en ferrocarril, constituyó el pilar fundamental para el desarrollo de este territorio». Así arranca ‘El tiempo de la Minero’, un libro escrito por Víctor del Reguero y Jesús Álvarez Courel que conmemora el centenario del nacimiento de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) que se cumple este mismo miércoles.

Y es que el 31 de octubre de 1918 se constituía la empresa en una notaría de Madrid por la iniciativa de siete hombres: Francisco y José Luis de Ussía y Cubas, José y Pedro Ortiz Muriel, Francisco Arana Lupardo, Juan Manuel de Landaluce y José Luis de Villabaso Gorrita. No eran conscientes, pero ese día con sus firmas cambiarían el previsible destino de dos comarcas, El Bierzo y Laciana. «Ahí empezó a cambiar el destino tanto de Ponferrada como de Laciana», señala Víctor del Reguero  durante la presentación

«Es importante, y ahora que a nuestras generación le ha tocado vivir el final de esa empresa y esa actividad, reflexionar sobre el impacto que pudo suponer para toda esa gente esos cambios tan drásticos en tan poco tiempo», añadió del Reguero. Así, recuerda una de las historias que recoge el libro, en la que se cuenta cómo vivieron los vecinos del Villablino el primer viaje en ferrocarril cuando se inauguró la línea Ponferrada-Villablino. «No habían visto un tren ni en fotografías», apostilla el autor. Todo era nuevo.

En 250 páginas

Esa es una historia, una de las muchas pequeñas historias que recogen las cerca de 250 páginas de ‘El tiempo de la Minero’, con decenas de fotografías, que sirven para entender que la MSP fue mucho más que una empresa. Su aparición supuso una revolución en lo cultural, en lo social y en lo educativo. Así, Del Reguero agradece «muchas aportaciones pequeñas», de particulares y organizaciones que han facilitado documentos y fotografías, que sirven para conformar este gran libro.

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El negativo de la foto de portada del libro, con una de las dresinas que utilizaban los ingenieros de la MSP para ir de Villablino a Villaseca de Laciana. Foto: V.S.S.

A este respecto, muestra el pequeño negativo de la fotografía que han utilizado para la portada. «Tiene casi un siglo», apostilla el experto lacianiego, que explica que contextualiza muy bien el ambiente de esos años, con esa imagen de varios hombre y mujeres -cuyas identidades se desconocen- en una dresina de la MSP, que fue utilizada durante los primeros años por los ingenieros para ir de Villablino a Villaseca de Laciana.

Una apreciación que también comparte Jesús Álvarez Courel, que resalta igualmente que la aportación de los particulares es «fundamental para hacer libros como este» y agradece su colaboración. De esta manera, ‘El tiempo de la Minero’ cuenta con numerosas fotos cedidas, muchas inéditas y que podrán verse por primera vez entre sus páginas.

Con carácter divulgativo

‘El tiempo de la Minero’ no es un trabajo de investigación sobre la MSP, sino que tiene ante todo una carácter divulgativo, de llegar a mucha gente, según destaca Álvarez Courel, a través de una edición «muy cuidada y atractiva, con un lenguaje sencillo». «De la MSP se ha contado prácticamente todo, están los libros de Josefa Vega o el que hicieron Pérez Lanuza y otros, que ya han dado unas pinceladas grandes de lo que fue la empresa y la repercusión que tuvo en el Bierzo y Laciana», reconoce Jesús, que señala que ante todo ellos quieren dar «unas pautas de conocimiento de lo que ha supuesto la instalación de esta empresa  para Laciana y para el Bierzo, para Ponferrada y para Villablino».

A este respecto, puntualiza que la Ponferrada de 1918 nada tiene que ver con la Ponferrada de hoy en día y en parte eso es debido a la Minero. «La MSP desde al año 1918 estranguló el crecimiento de la ciudad con la cesión que le hizo el Ayuntamiento de todos los terrenos que unen las vías de Renfe con la central de Compostilla. ¿Qué supuso eso?», pregunta Álvarez Courel.

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Los autores, Víctor del Reguero y Jesús Álvarez Courel, en la presentación de ‘El tiempo de la Minero’. Foto: V.S.S.

«Mucho. La estrángulo. Crecimos capados, con un urbanismo caótico. Todo en línea recta hacia Sil porque por un lado teníamos el río y por otro la MSP. Generó empleo y riqueza, pero también contamos la contaminación, El Templario también denuncia que la empresa echa escombros al río y lo ensucia en el año 24. El alcalde republicano Francisco Puente Falagán llama a capítulo a la MSP porque no paga los impuestos del carbón. Se enfrenta a ella, pide que se revisen coque telephone avec cordonreplica watches quality esas donaciones de terreno», cuenta.

El ‘timeline’ de ‘El tiempo de la Minero’

La presentación de ‘El tiempo de la Minero’ contó también con la presencia del presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel, y la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ponferrada, María Antonia Gancedo, dos de las instituciones que han ayudado a que este libro vea hoy la luz, junto al patrocinio también del Club Xeitu y el Museo de la Minería y la Siderurgia de Sabero. De esta manera, Jesús y Víctor ponen en valor ese legado patromonial y documental que, recalcan, «es necesario salvar antes de que desaparezca del todo».

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La desesperante espera del Ponfeblino

El proyecto de tren turístico sigue pendiente un año después del rescate de la concesión de la línea férrea, mientras avanza su deterioro y expolio.
V. Silván/ El Día de León
Fotos: César Sánchez

La desaparición de varios tramos de raíles en la línea férrea entre Cubillos del Sil y Villablino ha reabierto esta semana el debate sobre el proyecto de tren turístico conocido como el Ponfeblino y que más de un año después sigue esperando a la liquidación de la concesión, en manos de la administración concursal de Coto Minero Cantábrico (CMC) –heredera de la  Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP)–. Leer más

El primer mercado de los sábados

Hace 75 años, con la entrada de enero, dejó de celebrarse el tradicional mercado dominical por deseo expreso del párroco de La Encina en su lecho de muerte, cansado del estruendo a las puertas de la basílica durante la misa
V. Silván / El Día de León

Hace 75 años, con la entrada del nuevo año 1943, dejó de celebrarse el tradicional mercado de los domingos, que venía ocupando ese día la plaza de La Encina desde el siglo XIX y mientras se seguía manteniendo el mercado de los miércoles con licencia real «desde tiempo inmemorial».

Su supresión por parte del Ayuntamiento de Ponferrada y su traslado al sábado «a partir del primero de enero de 1943» respondió al cumplimiento de un deseo expreso del entonces párroco de la basílica de La Encina, Julio Santos, en su lecho de muerte. Tal y como recoge el acta de la sesión plenaria en la que se aprobó este acuerdo «por unanimidad», el alcalde «hace presente el hecho trascendentalísimo que a nadie se le oculta».

«El pasado jueves al serle suministrado el Santo Viático al virtuoso y estimado párroco de Nuestra Señora de la Encina, quien en emocionadas frases hubo de rogar a autoridades y jerarquías en tan solemne momento , y como última quizá actuación de su sagrado ministerio, dirigiesen las gestiones necesarias para que el primer domingo de 1943 ya no se celebrasen los tradicionales mercados por el bien moral y material que había con ello de alcanzar Ponferrada», recoge.

Así, la «súplica» del cura «en peligro de muerte» se convierte para la Corporación municipal del momento en «la ejecución de una voluntad testamentaria de quien tanto se interesó por su parroquia», consiguiendo la abolición de un mercado tradicional con el que no habían logrado acabar antes ni la encíclica Rerum novarum del papa León XIII de 1891 –presentaba el descanso dominical como un derecho del trabajador y que el Estado debía garantizar– ni la Ley de Descanso Dominical de 1904, ni la legislación que en tiempos de Primo de Rivera adaptó el convenio de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) de 1925 y fijaba el domingo como día de descanso semanal – el Consistorio consiguió una autorización ministerial para seguir celebrándolo–.

Tampoco lo logró la aplicación del Decreto de la Jornada Máxima Legal de la II República ni la llegada del régimen franquista y su legislación laboral prohibicionista, según cuenta el historiador Miguel J. García en un artículo de la revista Bierzo. Nada parecían importar los derechos de los trabajadores y el mercado de los domingos en plaza de La Encina seguía sobreviviendo, hasta que entran en juego los intereses de la Iglesia.

«Era cada vez más molesta para los sacerdotes que oficiaban en La Encina ante el estruendo en los puestos de frutas y verduras que se colocaban junto a las verjas del atrio y el de las caballerías atadas detrás de la basílica y barrio de San Andrés», explica García.

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El reportaje ‘El primer mercado de los sábados’ en El Día de León. Publicado el 30 de diciembre de 2017.

Con el acuerdo de suprimir el mercado del domingo, la Corporación decide trasladarlo al sábado de cada semana, «con lo que en lo sucesivo tendrán lugar dichos mercados los miércoles y los sábados», con el reparto de pasquines anunciando el cambio «al comercio y pueblos comarcanos para su conocimiento y efectos».

Además, se acordó su resolución con «carácter de urgencia» ante la «gravedad del párroco proponente a fin de que pueda ver traducidos sus deseos en hechos reales». Y el cura Julio Santos resistió para verlo. Falleció el 1 de enero de 1943, coincidiendo con ese primer sábado de mercado.

Desde el siglo XV

La raigambre de los mercados semanales en la capital berciana queda acreditada desde la concesión por los Reyes Católicos en el siglo XV de un mercado franco todos los miércoles y que se celebraban en el ‘mercado viejo’, junto al castillo, para trasladarse a partir del siglo siguiente ya a la plaza de La Encina – entonces plaza Mayor– e, incluso, después llegó a simultanearse con la plaza de las Eras –ahora plaza del Ayuntamiento–, utilizando los soportales de ambas.

En el siglo XIX se vivió un boom, escribe Gil y Carrasco, «por el sinfín de gallegos que por allí cruzan y por la actividad del comercio, verdaderamente notable para un pueblo de tan poca importancia y alejado del camino real». «Los soportales de la plaza se llenan de bancos y mostradores portátiles y altas perchas con clavos donde flotan infinidad de pañuelos de algodón y se extienden bayetas de diferentes colores junto a un buen puesto de pañuelos», describe.

Así, también fue necesario abrir una nueva plaza junto al castillo y construir unas cuadras –en el entorno de donde hoy se ubica la Oficina de Turismo– en 1848. Y así se mantuvo el mercado durante siglos en la zona alta de Ponferrada, hasta mediados del siglo XX, cuando el desarrollo de la ciudad a la otra orilla del río con el nuevo barrio de La Puebla le fue ganando el pulso comercial y se quedó finalmente con sus dos mercados semanales, en torno a su nueva Plaza de Abastos, que es la que se mantiene en la actualidad.

Los ecos del ídolo de Noceda

Se cumplen 45 años del descubrimiento de su gran valor histórico y su cesión al Museo Arqueológico.
V. Silván / El Día de León
Fotos: César Sánchez

Se cumplen 45 años desde que el Ídolo de Noceda abandonó el Bierzo para ser trasladado el Museo Arqueológico Nacional en Madrid, para ser expuesto, dado su gran valor, en la sala dedicada a la Edad de Bronce. En la comarca se dejó una réplica en el Museo del Bierzo de Ponferrada y otra réplica en el Museo de Noceda, con la que este verano se reencontró después de décadas Carmen Nogaledo, la niña que sacó a la luz este hallazgo. Leer más

Una ciudad romana bajo la tierra de Quintana

Las obras de concentración parcelaria sacan a la luz unos restos que podrían pertenecer a Interamnium Flavium.

Ovidio Molinero defiende desde hace décadas la «evidente» localización de esa antigua mansión en este pueblo.

V. Silván / El Día de León
Fotos: César Sánchez

La ubicación de la antigua ciudad romana de Interamnium Flavium, entre Bergidum (Cacabelos) y Astúrica (Astorga) sigue siendo una incógnita, entre las distintas tesis que a lo largo de los años la han localizado en diferentes puntos del Bierzo. Una incógnita que podría estar cerca de despejarse con un último hallazgo. Leer más

Érase una vez en un rincón del Bierzo

Al fondo de un valle llamado a guardar silencio y que, en otros tiempos, fue refugio eremitas se levanta Peñalba, un lugar para pensar y, ahora, también ‘uno de los más bonitos de España’
V. Silván / elbierzonoticias.com
Fotos: Quinito

Érase una vez en un rincón del Bierzo, un pequeño pueblo de calles empedradas y encantadas casas hechas de pizarra, piedra y madera, con floridos corredores con vistas a las montañas. En su centro sorprendía una bella iglesia milenaria, que se levantaba hacia el cielo, con unos curiosos arcos con forma de herradura marcando su entrada y dedicada a Santiago. Dicen que en sus alrededores se oculta una cueva, donde siglos atrás se retiraba a orar un monje eremita llamado San Genadio, al que el rey leonés Ramiro II agradeció la ayuda prestada para ganar una importante batalla en Simancas (Valladolid), allá por el 939, con la entrega de una valiosa pieza de orfebrería, una cruz griega de latón y chatones de pedrería, que con el paso de los años se convertiría en el símbolo de toda una comarca. Leer más

El descanso del herrero

El hijo del último guarda de la herrería de Compludo quiere seguir los pasos de sus antepasados y dar continuidad a una tradición familiar que cumple cien años.
V.Silván/ Agencia Ical

“Aunque no sea nuestra, nadie la va a cuidar como la cuidamos nosotros”, asegura Manuel Sánchez, hijo del último guarda de la herrería de Compludo, que quiere seguir los pasos de sus antepasados y, como ellos, labrar su futuro con hierro y fuego. Una estirpe de herreros que surgió hace un siglo y que ahora parece llegar a su fin, con la incógnita sobre cuál será el futuro de esta fragua, que permanece cerrada desde hace año y medio debido a su deterioro y la necesidad urgente de restaurar su tejado. Leer más