V. Silván / El Día de León
Fotos: César Sánchez

La ubicación de la antigua ciudad romana de Interamnium Flavium, entre Bergidum (Cacabelos) y Astúrica (Astorga) sigue siendo una incógnita, entre las distintas tesis que a lo largo de los años la han localizado en diferentes puntos del Bierzo. Una incógnita que podría estar cerca de despejarse con un último hallazgo.

Las obras de la concentración parcelaria de Noceda del Bierzo y Quintana de Fuseros han sacado a la luz en este último pueblo tejas romanas, trozos de ‘terra sigilata’ (característico tipo de cerámica romana de color rojo brillante) y restos de muros de piedra, que el investigador Ovidio Molinero no duda en atribuir a la mansión de Interamnium Flavium y que cree vendrían a confirmar la tesis que defiende desde hace décadas de la «evidente» localización de esta ciudad romana en esta pequeña localidad, perteneciente al municipio de Igüeña.

Molinero ya ha puesto en conocimiento del Servicio Territorial de Cultura y Patrimonio de la Junta este descubrimiento, señalando que «en zanjas realizadas con el fin de llevar a cabo la concentración parcelaria se revela la existencia de restos de casas bajo el tapiz de la pradera y lugares de cultivo», que procederían de «los restos del barrio de Las Fuentes (Rabinas) de la ciudad reivindicada de Interamnium Flavium, posteriormente en el medievo, Taurón».

En la documentación que adjunta a la comunicación realizada el pasado mes de julio, Ovidio Molinero incluye un mapa donde mide la «correcta distancia» de la vía romana que unía Astúrica y Bergidum, fotografías donde ubica Interamnium Flavium y el campamento de la primera Cohorte de la Legión Romana V, así como detalles de la zanja abierta y los diferentes restos encontrados en ella.

Entre las piezas aparecidas, el investigador destaca uno de los trozos de teja en el que se aprecia «un dibujo o forma» que, señala, «se asemeja a la tégula reconocida de la Legio VII de León».

Otros vestigios

Ovidio Molinero señala que este descubrimiento vendría a respaldar otros vestigios existentes y vinculados a Quintana de Fuseros, que muestran la existencia de un campamento y mansión romana. Uno de ellos es la ‘consultatio’, encontrada en el paraje de La Carnera y que actualmente se encuentra en el pórtico de la iglesia del pueblo cercano de Cabanillas de San Justo.

La ‘consultatio’ -tercera foto inferior- «era el lugar donde se reunía el personal de mando, se arengaba a la tropa y se impartía justicia, tanto castigos a militares como a civiles». En esta pieza. Ovidio Molinero destaca el grabado de la insignia de mando y ley, el haz de hacha rodeada de sarmientos o cañas de madera enlazadas con cinta de cuero, y de una serie de letras a ambos lados de la columna que interpreta como «consultatio del campamento de la I Cohorte de la Legión Romana V».

Junto a ella, también hace referencia al miliario romano de la vía antigua -cuyo trazado siguió después la Vía Nova-, que actualmente se encuentra en el portal de la iglesia de San Justo, y la denominada Placa de los Veteranos, que apareció en la muralla de la trinchera de Las Corzas y que hoy en día se encuentra en el Museo de los Caminos de Astorga. Sobre su piedra aparece tallada la inscripción que dice «V/COLLIICE/ ANICOA/IN FL», que parece hacer referencia a los combatientes de la legión romana V de Intereamnium Flavium (IN FL). Así, Molinero incorpora a esos vestigios un aro de bronce hallado junto al Edicto de Augusto, que él ubica en Los Castros de Quintana de Fuseros y no en Bembibre. «Es un aro procedente del foramen donde apareció el edicto, en Los Castros de Quintana de Fuseros, fortaleza de Pemeióbrica, foro de las cinco fortalezas o torcas», señala el investigador.

En su opinión, es más verosímil la ubicación de este asentamiento en un lugar estratégico y con agua en abundancia como Quintana, donde su río Era y el topónimo de la Campa de la Batalla del Era recuerdan el enfrentamiento de las tropas romanas contra los astures pemeiobrigenses, que se sublevaron ante la colonización romana. «Los pemeiobrigenses, asentados los romanos y colonos en sus posesiones, permanecieron sin hostilizar en  campamentos en las montañas, ‘desciscentibus ceteris’ dice el Edicto de Augusto, cuando en el año 15 a.e.c. ordena que vuelvan a ocupar sus campos y territorios que habían poseído, aislados del resto de astures», cuenta Molinero.

Con las matemáticas

Por otro lado, el investigador también recurre a las matemáticas para situar en Quintana a Interamnium Flavium, un asentamiento romano que se cataloga en el Itinerario de Antonino y que también figura en el mapa de Ptolomeo. En el Itinerario de Antonino Caracalla, en el que aparecen recogidas las vías de comunicación del Imperio Romano, las rutas catalogadas con los números 18 y 19 se dirigen de Braga a Astorga y en ellas se especifica que la distancia que  había entre Bergido -que ubican en castro de la Ventosa, entre Cacabelos y Pieros- e Interamnio era de 20 millas y desde ésta última mansión a Astúrica -Astorga-, era de 30 millas.

Molinero utiliza la medida reglamentada para el Itinerario de Antonino, que era de 1.666 metros como equivalente a la milla romana. Así, el trazado de ese recorrido desde Astorga a Quintana, con sus respectivos desniveles, suma efectivamente 30 millas romanas (unos 50 kilómetros) y desde Quintana a Cacabelos 20 millas -unos 33 kilómetros-. «Entre Cacabelos y Bembibre no hay montañas y rectilíneamente, conforme iba la vía romana hacia Bergidum, hay sólo 14,30 millas, debiendo haber 20» , puntualiza.

Asimismo, indica que trazando una circunferencia con un radio de 20 millas desde Quintana de Fuseros, esta pasa por Cacabelos y Astorga, mientras que trazando una circunferencia con ese mismo radio desde Cacabelos y Astorga, su punto de intersección no es otro lugar que Quintana. «Entiendo que hay evidencias suficientes», recalca.

Por todo ello, confía en que desde la Junta se adopten las medidas oportunas para ver el alcance de este hallazgo y realizar las prospecciones arqueológicas necesarias que pudieran arrojar luz sobre la misteriosa Interamnium Flavium y su ubicación en Quintana de Fuseros. «Es lo que llevo sosteniendo desde los años 80», insiste Ovidio Molinero.

En su comunicación a Cultura y Patrimonio, también informa que la distribución de las fincas que se está haciendo con la concentración parcelaria está causando la destrucción de la muralla y trinchera -Las Corzas- que hubo en esa ciudad y en la posterior villa de Taurón en los tiempos de conde Gatón, cuenta, durante el reinado de Asturias, principalmente Ordoño I, Ordoño II y Alfonso III.

Un lugar fijado en los mapas de Ptolomeo y en el itinerario de Antonino

Entre mito y realidad, la ciudad de Interamnium Flavium aparece señalada en el Itinerario de Antonino Caracalla y en los mapas de Ptolomeo. Su ubicación sigue siendo dudosa y se han señalado lugares dispersos como Ponferrada, el castro Murielas de Castropodame, Quintana de Fuseros o Bembibre, entre otros.

El debate continúa, sin evidencias concluyentes sobre ese emplazamiento entre dos lagunas o ríos -que es precisamente el significado de la combinación de los términos ‘inter-amnis’-. Según recoge Ovidio Molinero en su blog fuseros.org, en el año 27 a.e.c. esta ciudad romana «se situaba en la submontaña de Mons Vinnius, en la vía militar tarraconense a 20 millas de Astúrica y 30 de Bergidum, dentro de la provincia Transduriana sobre el lecho del río Duero, cuya misión era someter las tribus de los astures y cántabros, últimos hispanos en ser colonizados por Roma».

Así, la Historia de León publicada en 1999 y coordinada por la Universidad de León (ULE) recoge que «esta mansión Interamnion Flauion aparece recogida por Ptolomeo como ciudad de los Astures», en la vía 18 del Itinerario de Antonino y añade que «se corresponde con una ciudad que recibió el estatuto de municipio durante la dominación flavia y que a su vez fue mansión de la vía XVIII o Vía Nova que comunicaba Astorga (Astúrica Augusta) con Braga (Bracara Augusta)». Otras referencias se encuentran en la Monografía Histórica del Bierzo (1956), de Augusto Quintana Prieto, que concreta que los caminos que atravesaban el Bierzo eran tres de la máxima importancia y que los tres pasaban por Bergidum (Cacabelos).

«Ya antes habían tenido estos tres caminos un punto de contacto en otro poblado de importancia, hoy desaparecido. Se llamaba Interamnium Flavium y, si en la época romana disputó a Bergidum la supremacía de todo el Bierzo, pagó su pujanza de tal forma con la  irrupción de los bárbaros, que hoy se ha perdido hasta la noción de su mismo emplazamiento».