La tierra prometida del vino

Las prestigiosa revista The Wine Advocate otorga sus máximas puntuaciones a un centenar de caldos del Bierzo, una región que según su catador para España, Luis Gutiérrez, está viviendo su particular «revolución».
V. Silván / El Día de León
Fotos: César Sánchez

Son las notas más esperadas entre los bodegueros. Las puntuaciones de The Wine Advocate (TWA) de Robert Parker, la más prestigiosa e influyente revista en el mundo del vino, han otorgado su máxima calificación como vinos excepcionales -entre 90 y 95 puntos- y excelentes -entre 96 y 100- a un centenar de vinos del Bierzo.

Su catador para España, Luis Gutiérrez, ha  catado un total de 186 tintos, blancos y rosados de 45 bodegas bercianas, de los que ha  valorado a 92 como excepcionales y a ocho como excelentes, entre los que se incluye el primer 100 obtenido por la Denominación de Origen, conseguido por la añada 2014 de La Faraona de Descendientes de J. Palacios, un alto reconocimiento que sólo comparten otros 16 vinos españoles en la historia de esta publicación estadounidense.

En su cuarta visita al Bierzo para The Wine Advocate, Luis Gutiérrez percibe que el Bierzo está viviendo su particular «revolución», reconociendo la importancia de los cambios iniciados en la DO Bierzo con la aprobación de una nueva clasificación en la que se apuesta por una zonificación «siguiendo de cerca la estructura borgoñona de vinos regionales », con vinos del Bierzo, de villa, de paraje, de viña clasificada y gran vino de viña clasificada.

No es el único cambio que se vivirá en la comarca, cuenta, donde se pretenden reconocer todas las variedades de uvas locales e incluir algunos pueblos que en la actualidad están excluidos de la Denominación de Origen. «También están trabajando para crear un mapa de todos los viñedos y parcelas aptas para la viticultura, incluyendo los viñedos existentes, así como los que han sido arrancados o abandonados», añade.

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Panorámica del viñedo en el Bierzo. / C. Sánchez

La tercera ola

«Todo esto es muy importante, pero necesitas que la gente lo haga realidad», apostilla el catador de TWA, que cree que el Bierzo ya está ante «una tercera ola de proyectos», que podrían aprovechar las posibilidades de las nuevas regulaciones, categorías y demarcación de pueblos, parajes y viñedos.

«¡Echando leña al fuego!», aplaude, mientras recuerda esa primera «explosión inicial» de nuevos vinos y proyectos que llegó con el cambio de siglo, hace unos 15 años, y una segunda generación de productores de calidad, entre quienes incluye como ejemplo a Gregory Pérez de Mengoba que «sigue mejorando, ampliando su gama y experimentando con tinajas de barro e, incluso, levaduras flor y botas de jerez».

En esta segunda ola también sube a Mas Asturias, con sus tintos elaborados con uvas procedentes de cinco hectáreas de viñedos en parcelas de Pieros, Valtuille y Villadecanes, y a Mario Rovira de Akilia que acaba de lanzar el Villarín 2014, «su mejor vino hasta la fecha». Así, reconoce igualmente a la bodega Vinos Valtuille, con su Pago de Valdoneje, como un buen ejemplo de proyecto local que ha pasado de ser básicamente un tinto joven sin madera- «¡Pero muy bueno!», puntualiza- a una gama completa y manteniendo la calidad.

En esta línea, Luis Gutiérrez no duda en ensalzar Valtuille como un núcleo central del vino en el Bierzo, con Raúl Pérez como estandarte esencial por poner el nombre de este pueblo en el mapa del vino del mundo y también los nombres de algunos de sus viñedos. Se refiere a él como «el alma del Bierzo» y destaca el valor de sus innumerables proyectos, encabezados por Ultreia y La Vizcaina, no sólo en la comarca sino en otras denominaciones y otros países.

«El entorno de Raúl Pérez siempre ha sido como una colmena, llena de una frenética actividad de proyectos, vinos, experimentación y colaboración», señala el experto, que recuerda que la primera cosecha de Descendientes de J. Palacios fermentó en la bodega familiar de los Pérez (Castro Ventosa) y que la gaditana Verónica Ortega también empezó «bajo su ala» para ahora «volar ya por su cuenta», con su propia bodega en esta localidad. «He probado sus mejores vinos esta vez», apunta Gutiérrez, tras catar el ROC del 2014 y las añadas 2015 del Quite, VO Versión Original y el VO CAL, todos con puntuaciones entre los 92 y los 94 puntos. «El proyecto se ve bastante consolidado», resalta.

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Luis Gutierrez

The Wine Advocate
«El Bierzo estalló hace 15 años y entonces parecía la tierra prometida para el vino español»

Luis Gutiérrez reconoce «altibajos » a lo largo de estos años, pero destaca que ya en su última visita percibió esos «brotes verdes» y que los cambios han sido rápidos. «En un año y medio, la denominación como tal ha superado a todas las demás denominaciones en España », asegura Gutiérrez, que destaca el importante paso dado con la apuesta por la zonificación. «¡Me quito el sombrero por eso!», añade.

También relacionados con Raúl Pérez, llama la atención sobre otros proyectos de «nueva hornada» como los de su sobrino César Márquez con las etiquetas de El Rapolao, La Salvación, Pico Ferreira y Sufreiral -«Todo excepcional», confiesa, valorándolos con 93 y 94 puntos-; Diego Magaña con Dominio de Anza; Marcial Dorado con su tinto Phara Finca La Vitoriana; y Gerardo Michelini y su esposa Andrea Mufatto, con caldos con nombres tan originales como ‘Plop! En el Camino… Acercándonos’ y ‘A merced del Bierzo’.

Y de estos «gatos callejeros» (Stray cats), Luis Gutiérrez pasa a hablar de la «solidez» (Rock solid) de Descendientes de J. Palacios, del proyecto y la filosofía de Ricardo Pérez Palacios, junto a su tío Álvaro Palacios.«Ricardo es uno de los vignerons que más admiro en España», confiesa el crítico, que ensalza que «no sigue ninguna tendencia, pero él la está fijando». «Es el modelo a seguir», asegura, haciéndole en gran parte responsable de los cambios en la DO Bierzo y sin olvidar el estreno de la nueva bodega, diseñada por Rafael Moneo.

Y más allá de Valtuille y Corullón, el catador de TWA destaca el «mucho potencial aún por descubrir» de los viñedos de Ponferrada, con una amplia zona rural «con diferentes suelos, exposiciones y altitudes, con bastante pizarra». Aquí destaca iniciativas como la de Mundo Zeppelin -con la colaboración de Michelini i Mufatto y Javier González- en Ozuela , con viñedo también en Orbanajo, Rimor y Toral de Merayo, para su blanco La Calabaza y su tinto Ozuela.

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El reportaje La tierra prometida del vino en El Día de León. Publicado el 9 de septiembre de 2017.

 

Ocho excelentes

Las ocho mejores notas, con la calificación de excelente, se han ido otra vez en este nuevo examen para Raúl Pérez, Castro Ventosa y Descendientes de J. Palacios, con cinco de sus nueve vinos con más de 96 puntos. Desde los 100 y 99 puntos, respectivamente, de La Faraona 2014 y 2015, al 98 del Moncerbal 2014, los 96+ de Las Lamas 2015 y el 96 del Moncerbal 2015.

Pero siguen las buenas notas, con 95 y 95+ para Corullón 2014 y 2015 y Las Lamas 2014. Raúl Pérez llega a la lista con los 97 puntos del Ultreia de Paluezas 2014 y los 96 del Ultreia de Valtuille 2014 de entre sus 14 vinos presentados, destacando también el 95+ de Ultreia El Rapolao o el 95 de La Vizcaina La Vitoriana. Su bodega familiar, Castro Ventosa, también coloca uno de sus vinos en esta franja, el Valtuille Cepas Centenarias 2014, con 96.

Y aunque estas son las más altas puntuaciones, entre los 186 vinos catados por The Wine Advocate hay otros 92 con el sello de excepcionales y otros 86 valorados como «de por encima de la media a muy buenos». Así, es posible disfrutar también del «buen gusto» de Robert Parker a través de vinos con una muy buena relación calidad- precio como Pétalos de Descendientes de J. Palacios (92+ y 15 euros aproximadamente), El Castro de Valtuille Mencía Joven de Castro Ventosa (91 puntos y 6 euros), Quite de Verónica Ortega (92 puntos y 12 euros), Puerta del Viento Sin Sulfitos de Jorge Vega (91 puntos y 10 euros), Luna Beberide Mencía (90+ y 5 euros), Viñademoya de Luzdivina Amigo (90+ y 6 euros), Black de Cuatro Pasos (90 puntos y 10 euros) Demencia Cachicán (90 puntos y 15 euros) o Godello Fermentado en Barrica de Dominio de Tares (90 puntos y 12 euros).


Los cien puntos de La Faraona

La elaboración más especial de Descendientes de J. Palacios obtiene la primera «puntuación perfecta» de Robert Parker en la comarca.

«Cuando probé por primera vez La Faraona 2014 mi corazón comenzó a latir más rápido, fue durante un momento muy intenso y no estaba seguro de lo que había sentido. Pero cuando puse mi nariz en la copa, después de verterlo para probar las añadas 2014 y 2015, sabía que era una verdadero coup de coeur (flechazo) -una sensación, una intuición y una emoción que sólo un puñado de vinos pueden provocar-». Así describe el catador de The Wine Advocate, Luis Gutiérrez, la experiencia que le ha llevado a dar a estos vinos las máximas puntuaciones, un 100 y un 99, respectivamente.

Una «puntuación perfecta» para la añada 2014 por su «paladar simétrico, preciso, texturizado y con un final muy largo». «Creo que esto es claramente un puntero 100», apostilla. Un reconocimiento que reciben con ilusión en la bodega de Álvaro Palacios y Ricardo Pérez Palacios, ‘Titín’, por lo que supone a nivel mundial.

«Es algo que traspasa el mundo del vino y llega al gran público, además coincidiendo con la inauguración de la nueva bodega y a punto de cumplir los 20 años», valora Ricardo, que destaca que tendrá repercusión en toda la Denominación de Origen (DO) Bierzo y beneficiará también a otros bodegueros.

«Además todas la bodegas han tenido buenas puntuaciones, la mayoría con 90 y tantos», apostilla el viticultor, que cree que estas calificaciones ayudan a revalorizar esta zona productora. La Faraona lleva el nombre de la finca donde crecen las uvas con que se elabora, en el paraje de El Ferro (Corullón), y es fruto del «flechazo » que sintió hacia ese pedazo de tierra su tío Álvaro Palacios , en los primeros viajes que realizaron al Bierzo.

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La vendimia cuidada en el viñedo de La Faraona. / V. Silván

Los ojos de Álvaro se pusieron sobre ese viñedo nada más bajar el puerto del Manzanal, que brillaba por el efecto del reflejo de la luz sobre los trozos de pizarra de su su suelo. «Esa finca es la buena, esa es la faraona», decía Álvaro. Ricardo explica que esa expresión viene de La Rioja, de su abuelo, que cuando iban a comprar el vino a granel les daban a probar el vino de las distintas cubas y para el final dejaban ‘la faraona’, que era como decir que era la mejor de la casa.

Ricardo recuerda que la primera añada de este vino es del 2001 y que han sido necesarios todos estos años para que sea entendido y obtener este 100. «Para mí, el 2001 ha sido uno de los mejores, incluso un poco mejor que el 2014», opina ‘Titín’, que cree que entonces no se entendía un vino del Bierzo de una finca pequeña, con un suelo de pizarra y con una falla tectónica que hace que tenga mucho mineral volcánico. «Ahora ya se entiende ese vino y es cuando ha llegado una añada realmente buena cuando recibimos este 100», añade Ricardo, quien apostilla que a él personalmente le gusta más el 2015, que «va a envejecer mejor».

Una puntuación «excelente» que es fruto de su evolución, de una viña muy especial con un «terroir» característico -mucha altitud, exposición sureste y placa tectónica que parte la finca-, la variedad de uva y la añada. Una viña en la que la uva tarda en madurar, aunque este año la vendimia también se ha adelantado un par de semanas como en el resto del Bierzo y se han recolectado esta semana. Y es que hasta un año las recogieron a finales de octubre. «Empezó a nevar», recuerda.

La Faraona tiene una producción limitada y generalmente se vende antes de embotellar -salvo una parte que se queda la bodega- en lo que se llama «una venta a la avanzada». De la ‘añada del 100’, sólo se sacaron 597 botellas, 45 magnums, cinco magnums dobles y cuatro Jeroboams (botellas de cinco litros).

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